miércoles, 11 de marzo de 2015

Turismo enológico

Este turismo especializado relacionado con la cultura del vino, fue definido en el“1er Congreso Internacional del Turismo enológico” realizado en Jerez, España en Diciembre del 2007, como enoturismo o Turismo enológico, y se define como :“El desarrollo de las actividades turistas de ocio y tiempo libre dedicadas al descubrimiento y disfrute cultural y enológico de la viña, el vino y su territorio, a través de los recursos y servicios turísticos de interés de una determinada zona vitivinícola."
Sin embargo la definición y conceptualización del término enoturismo no es uniforme ya que se puede analizar desde diferentes ópticas, como la perspectiva del marketing, la motivación para realizarlo, los beneficios que genera, como producto, entre otros.

Otra definición que vale la pena considerar es la de la Comisión de Turismo del Sur de Australia que define al enoturismo desde el punto de vista de la experiencia como: "Las visitas a bodegas y regiones vinícolas, para experimentar las cualidades únicas de los modos de vida contemporáneos relacionados con el disfrute del vino en su origen-incluido la comida, el paisaje y la experiencia cultural".
Estos elementos podemos encontrarlos dentro de la definición de enoturismo de Collin Michael Hall que lo define como “la experiencia de visitar viñedos, conocer bodegas, asistir a festivales y a demostraciones vinícolas en los cuales la cata del vino y/o la experiencia de los atributos del mismo son el principal motivo para los visitantes”.(Hall, Collin Michael ; 2000)

Esta definición es válida desde el punto de vista del mercado, sin embargo la definición de Getz y Brown considera al enoturismo como una estrategia para desarrollar el área geográfica y el mercado del vino de dicha zona, y como oportunidad de promoción de las bodegas para vender sus productos directamente a los consumidores, define al enoturismo como “generador de experiencias sensoriales, puesto que el visitante puede experimentar el placer del sabor, del olor, del tacto, de la vista y del sonido”ya que se ha demostrado que el enoturísta, independientemente de sus conocimientos en enología, aprecia el sabor de los diferentes vinos, el olor de las bodegas, la forma de agarrar una copa, catar o aprender a catar vinos, la vista de los viñedos, de las barricas en las bodegas, incluso el sonido del descorche de las botellas,(toda esta temática es definida por Brunori y Rossi como “el paisaje del vino”).

A las características comerciales tradicionales del vino, se le ha incorporado otro valor agregado con rasgos más cualitativos, el atractivo turístico. Este fenómeno, que se extiende a escala mundial, es una nueva forma de hacer turismo al promover el conocimiento de la actividad vitivinícola en su totalidad y en el lugar de origen. Esta alternativa se conoce con el nombre de enoturismo o turismo del vino, y puede existir en paralelo con el desarrollo del turismo gastronómico (Oliveira, 2011) donde la promoción de los recursos del vino y de la gastronomía es conjunta, pudiéndose captar turistas interesados en ambos conceptos.
Los seis pilares del enoturismo europeo según el Vademécum del Enoturismo Europeo, son (ver figura 1):
  • Cultura del vino. Es importante destacar el valor enológico-cultural de los recursos o servicios enoturísticos. Sin cultura del vino, no hay enoturismo. La cultura del vino es el eje temático de este producto/servicio y el turista debe percibirlo durante todas las etapas de su viaje y en cualquier componente de la cadena de valor enoturística. El carácter distintivo de los diferentes territorios se manifestará a través del vino y todas sus manifestaciones culturales: en las características arquitectónicas de la zona y las bodegas, en festivales, en el folclore, en la forma de trabajar la tierra y cultivar la vid, etc.
  • Turismo. El turismo y el turista son dos factores clave que determinarían claramente la demanda y la oferta del producto enoturístico. El turista, como elemento clave del negocio turístico debe estar en el punto de mira de cualquier medida o desarrollo de la oferta enoturística. Un aspecto de especial importancia para el éxito del desarrollo de este tipo de turismo es la calidad de los equipamientos turísticos de que dispone el destino y la existencia de servicios complementarios.
  • Territorio. Desempeña un papel muy importante y se establece como base o marco de referencia del desarrollo de la oferta ecoturística en destino. El territorio de la Ruta Europea del Vino está compuesto por espacios naturales y urbanos y por un entorno o ambiente general que lo identifique y le confiera su carácter distintivo e identificativo. Para garantizar el carácter enológico de una ruta ese territorio debe estar vinculado a una  Denominación de Origen Protegida (D.O.P.).
  • Sostenibilidad. Destaca que el enoturismo europeo ha de desarrollarse bajo los principios del turismo sostenible. Según la OMT(Organización Mundial del Turismo), los principios que definen el turismo sostenible son que (a) los recursos naturales, culturales y otros se conservan para su uso continuado en el futuro al tiempo que reportan beneficios a la sociedad cultural; (b) el desarrollo turístico se planifica y se gestiona de forma que no cause serios problemas ambientales o socioculturales; (c) la calidad ambiental se mantiene y mejora; (d) se mantiene un alto nivel de satisfacción de los visitantes y el destino retiene su potencial comercial y su prestigio; y (e) los beneficios del turismo se reparten ampliamente entre toda la sociedad.
  • Autenticidad. La autenticidad del territorio y de la experiencia turística son factores muy valorados por el enoturista experimentado, frente al turismo de masas, producido en cadena y dirigido a un público escasamente diferenciado y con bajos niveles de exigencia.
  • Competividad. La competitividad de un destino enoturístico es el resultado de adaptar su oferta de productos y servicios y sus sistemas productivos a los cambios del mercado; y de hacerlo de manera que sea sostenible en el uso de los recursos, socialmente beneficiosos y rentables a largo plazo. En este sentido, existe una relación directa y clara entre el concepto de sostenibilidad y la competitividad. La sostenibilidad de un destino enoturístico no se puede entender sin la competitividad y viceversa.
Sin embargo, el enoturismo ha tenido y tiene detractores, que consideran esta modalidad del turismo más como una intromisión en las actividades autóctonas de los territorios que como un negocio próspero y rentable. Precisamente, los procesos de innovación relacionados con aspectos vitivinícolas son impulsados por los propios empresarios, mientras que la innovación turística aún encuentra enormes reticencias, y son promovidos en su mayoría por iniciativa pública. Además, las ataduras culturales y las tradiciones endogámicas de las sociedades rurales, unidas a la falta de concienciación y confianza, han supuesto un freno importante en muchos casos para el desarrollo de esta tipología turística. Por tanto, no será posible un pleno desarrollo de esta modalidad turístico si no existe previamente una mentalización de todos los agentes sociales afectados.

2. Tipología de enoturistas
Existen diferentes estudios que analizan la segmentación psicológica del enoturista y tienen en cuenta sus valores, actitudes y estilos de vida. Entre dichos estudios destaca el realizado por Charters y Ali-Knight (2002), que agrupan a los turistas en cuatro clases diferentes (ver figura 2):

  • Amantes del vino. Personas que tienen una vasta educación en temas enológicos, siendo la motivación principal de su viaje catar diferentes tipos de vino, comprar botellas y aprender in situ. También suelen estar muy interesadas en la gastronomía local.
  • Entendidos del vino. Personas que, aunque no tienen una vasta educación en temas enológicos, conocen bien el mundo del vino. Suelen tener formación universitaria y la motivación principal de su viaje es llevar a la práctica lo que han leído en diferentes publicaciones especializadas.
  • Interesados del vino. Personas que no tienen una formación técnica en temas enológicos pero les interesa este mundo. Su principal motivación es conocer algunas bodegas, aunque no con carácter exclusivo sino como complemento a otras actividades.
  • Iniciados al vino. Personas que por diferentes razones (publicidad de una ruta, tener nuevas experiencias, etc.) se acercan a una bodega sin tener ningún tipo de conocimientos en este campo. Su motivación de viaje es diferente, pero aceptan pasar unas horas visitando una bodega. Las compras que suelen realizar en la misma se destinan a consumo particular y a regalo.

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