Este turismo especializado relacionado con la
cultura del vino, fue definido en el“1er Congreso Internacional del Turismo
enológico” realizado en Jerez, España en Diciembre del 2007, como enoturismo o
Turismo enológico, y se define como :“El desarrollo de las actividades turistas
de ocio y tiempo libre dedicadas al descubrimiento y disfrute cultural y
enológico de la viña, el vino y su territorio, a través de los recursos y
servicios turísticos de interés de una determinada zona vitivinícola."
Sin embargo la definición y conceptualización del
término enoturismo no es uniforme ya que se puede analizar desde diferentes
ópticas, como la perspectiva del marketing, la motivación para realizarlo, los
beneficios que genera, como producto, entre otros.
Otra definición que vale la pena considerar es la de la Comisión de Turismo del Sur de Australia que define al enoturismo desde el punto de vista de la experiencia como: "Las visitas a bodegas y regiones vinícolas, para experimentar las cualidades únicas de los modos de vida contemporáneos relacionados con el disfrute del vino en su origen-incluido la comida, el paisaje y la experiencia cultural".
Estos elementos podemos encontrarlos dentro de
la definición de enoturismo de Collin Michael Hall que lo define como “la
experiencia de visitar viñedos, conocer bodegas, asistir a festivales y a
demostraciones vinícolas en los cuales la cata del vino y/o la experiencia de
los atributos del mismo son el principal motivo para los visitantes”.(Hall,
Collin Michael ; 2000)
Esta definición es válida desde el punto de vista del mercado, sin embargo la definición de Getz y Brown considera al enoturismo como una estrategia para desarrollar el área geográfica y el mercado del vino de dicha zona, y como oportunidad de promoción de las bodegas para vender sus productos directamente a los consumidores, define al enoturismo como “generador de experiencias sensoriales, puesto que el visitante puede experimentar el placer del sabor, del olor, del tacto, de la vista y del sonido”ya que se ha demostrado que el enoturísta, independientemente de sus conocimientos en enología, aprecia el sabor de los diferentes vinos, el olor de las bodegas, la forma de agarrar una copa, catar o aprender a catar vinos, la vista de los viñedos, de las barricas en las bodegas, incluso el sonido del descorche de las botellas,(toda esta temática es definida por Brunori y Rossi como “el paisaje del vino”).
A las características comerciales tradicionales del
vino, se le ha incorporado otro valor agregado con rasgos más cualitativos, el
atractivo turístico. Este fenómeno, que se extiende a escala mundial, es una
nueva forma de hacer turismo al promover el conocimiento de la actividad
vitivinícola en su totalidad y en el lugar de origen. Esta alternativa se
conoce con el nombre de enoturismo o turismo del vino, y puede existir en
paralelo con el desarrollo del turismo gastronómico (Oliveira, 2011) donde la
promoción de los recursos del vino y de la gastronomía es conjunta, pudiéndose
captar turistas interesados en ambos conceptos.
Los seis pilares del enoturismo europeo según el
Vademécum del Enoturismo Europeo, son (ver figura 1):
- Cultura
del vino. Es importante destacar el valor
enológico-cultural de los recursos o servicios enoturísticos. Sin cultura
del vino, no hay enoturismo. La cultura del vino es el eje temático de
este producto/servicio y el turista debe percibirlo durante todas las
etapas de su viaje y en cualquier componente de la cadena de valor
enoturística. El carácter distintivo de los diferentes territorios se
manifestará a través del vino y todas sus manifestaciones culturales: en
las características arquitectónicas de la zona y las bodegas, en
festivales, en el folclore, en la forma de trabajar la tierra y cultivar
la vid, etc.
- Turismo. El
turismo y el turista son dos factores clave que determinarían claramente
la demanda y la oferta del producto enoturístico. El turista, como
elemento clave del negocio turístico debe estar en el punto de mira de
cualquier medida o desarrollo de la oferta enoturística. Un aspecto de
especial importancia para el éxito del desarrollo de este tipo de turismo
es la calidad de los equipamientos turísticos de que dispone el destino y
la existencia de servicios complementarios.
- Territorio.
Desempeña un papel muy importante y se establece como base o marco de
referencia del desarrollo de la oferta ecoturística en destino. El
territorio de la Ruta Europea del Vino está compuesto por espacios
naturales y urbanos y por un entorno o ambiente general que lo identifique
y le confiera su carácter distintivo e identificativo. Para garantizar el
carácter enológico de una ruta ese territorio debe estar vinculado a una
Denominación de Origen Protegida (D.O.P.).
- Sostenibilidad.
Destaca que el enoturismo europeo ha de desarrollarse bajo los principios
del turismo sostenible. Según la OMT(Organización Mundial del Turismo),
los principios que definen el turismo sostenible son que (a) los recursos
naturales, culturales y otros se conservan para su uso continuado en el
futuro al tiempo que reportan beneficios a la sociedad cultural; (b) el
desarrollo turístico se planifica y se gestiona de forma que no cause
serios problemas ambientales o socioculturales; (c) la calidad ambiental
se mantiene y mejora; (d) se mantiene un alto nivel de satisfacción de los
visitantes y el destino retiene su potencial comercial y su prestigio; y
(e) los beneficios del turismo se reparten ampliamente entre toda la
sociedad.
- Autenticidad. La
autenticidad del territorio y de la experiencia turística son factores muy
valorados por el enoturista experimentado, frente al turismo de masas,
producido en cadena y dirigido a un público escasamente diferenciado y con
bajos niveles de exigencia.
- Competividad. La
competitividad de un destino enoturístico es el resultado de adaptar su
oferta de productos y servicios y sus sistemas productivos a los cambios
del mercado; y de hacerlo de manera que sea sostenible en el uso de los
recursos, socialmente beneficiosos y rentables a largo plazo. En este
sentido, existe una relación directa y clara entre el concepto de
sostenibilidad y la competitividad. La sostenibilidad de un destino
enoturístico no se puede entender sin la competitividad y viceversa.
Sin embargo, el enoturismo ha tenido y tiene
detractores, que consideran esta modalidad del turismo más como una intromisión
en las actividades autóctonas de los territorios que como un negocio próspero y
rentable. Precisamente, los procesos de innovación relacionados con aspectos
vitivinícolas son impulsados por los propios empresarios, mientras que la
innovación turística aún encuentra enormes reticencias, y son promovidos en su
mayoría por iniciativa pública. Además, las ataduras culturales y las
tradiciones endogámicas de las sociedades rurales, unidas a la falta de
concienciación y confianza, han supuesto un freno importante en muchos casos
para el desarrollo de esta tipología turística. Por tanto, no será posible un
pleno desarrollo de esta modalidad turístico si no existe previamente una
mentalización de todos los agentes sociales afectados.
2. Tipología de enoturistas
Existen diferentes estudios que analizan la
segmentación psicológica del enoturista y tienen en cuenta sus valores,
actitudes y estilos de vida. Entre dichos estudios destaca el realizado por
Charters y Ali-Knight (2002), que agrupan a los turistas en cuatro clases
diferentes (ver figura 2):
- Amantes
del vino. Personas que tienen una vasta educación en
temas enológicos, siendo la motivación principal de su viaje catar
diferentes tipos de vino, comprar botellas y aprender in situ.
También suelen estar muy interesadas en la gastronomía local.
- Entendidos
del vino. Personas que, aunque no tienen una vasta
educación en temas enológicos, conocen bien el mundo del vino. Suelen
tener formación universitaria y la motivación principal de su viaje es
llevar a la práctica lo que han leído en diferentes publicaciones
especializadas.
- Interesados
del vino. Personas que no tienen una formación técnica
en temas enológicos pero les interesa este mundo. Su principal motivación
es conocer algunas bodegas, aunque no con carácter exclusivo sino como
complemento a otras actividades.
- Iniciados
al vino. Personas que por diferentes razones
(publicidad de una ruta, tener nuevas experiencias, etc.) se acercan a una
bodega sin tener ningún tipo de conocimientos en este campo. Su motivación
de viaje es diferente, pero aceptan pasar unas horas visitando una bodega.
Las compras que suelen realizar en la misma se destinan a consumo
particular y a regalo.






































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